Living on a Loop
14 septiembre 2011
Scrabble
29 marzo 2011
Kevät
04 marzo 2011
RainDrops
Amenazaba tormenta, y él no había cogido paraguas, ni tan siquiera tenía un chubasquero que le pudiera proteger de las gotas que pronto empezarían a mojarle el rostro y calarían su ropa, traspasando ésta y humedeciendo antes o después lo que debajo de ella había. Esa dura sensación de indefensión hacía que poco a poco su piel fuera erizándose. Nervioso se planteaba una y otra vez como decirle a ella lo que realmente no deseaba, pero sí debía. Esa tormenta de pensamientos y sentimientos enfrentados le estaba consumiendo, no sabía como hacerlo, pero sabía que tenía que hacerlo. Afrontar la realidad y dejar de participar en lo que tiempo atrás se había convertido en una especie de farsa sin sentido ni intención. Recordaba aquello que había oído en numerosas ocasiones, aquello que afirmaba que las cosas tienen la importancia y trascendencia que cada uno les quiere aportar, pero incapaz de restarle (su propia) importancia. Al mirar hacia el cielo encontró un gris cada vez mas oscuro, un gris que no se iría hasta que decidiera hacer lo que tenía que hacer, un gris que su propio miedo estaba convirtiendo en negro.
07 febrero 2011
Playlist
Un día cualquiera, de esos que aparentemente pasarán desapercibidos, Teseo aprendió a nadar en un mar que siempre había visto de lejos. Empezó a experimentar cosas que hasta entonces pertenecían a otros, cosas que siempre había oído como las mas sublimes que un individuo puede experimentar, momentos de entrega compartida que le introducían en el saco de los que van a cenar en número par. Teseo era feliz, no miraba atrás, su pasado individual había sido aplastado por su presente en pareja, ya nada podía con él, ahora soñaba por la noche, no por el día, ahora tenía a quien hacerle regalos sin esperar el cumpleaños, ahora guardaba y etiquetaba fotos en las que siempre había sol. Teseo tenía una nueva banda sonora que había construido con orgasmos y gemidos junto a Dysis, como una enredadera de sentimientos que crecía crecía y crecía, floreciendo cada día más, trepando por las paredes de la soledad y convirtiendo éstas en lienzos de notas que formaban preciosas sinfonías. Siempre se lo habían dicho: No te preocupes Teseo, algún día llegará. Ahora miraba atrás y esbozaba una sonrisa de complicidad con él mismo, riéndose de sí y de la poca ilusión que tenía tiempo atrás. Dysis lo era todo, y le entregaba todo sin que él se lo pidiese, ella era lo que sin saberlo, había estado buscando. Habían conectado, habían conseguido convertir el calendario en un conjunto de recuerdos alegres, le habían puesto música a todo lo que les rodeaba. Todo, por fin, empezaba a funcionar…. Sin embargo, lo que realmente había conseguido Teseo era esconder la verdad, y antes o después, siempre acaba aflorando. Un día cualquiera, de esos que aparentemente pasarán desapercibidos, Dysis le dijo que se iba, sin más, como se dejan las cosas que ya no interesan. Como les pasa a todos los que niegan la verdad, Teseo se pasó meses ahogandose en ese mar por el que ya no conseguía nadar, meses viendo como las hojas de aquella madreselva sonora caían día tras día al suelo, tachando, no marcando, días del calendario. Esto le hizo llegar a entender que nada, por muy brillante que sea, brilla para siempre, que todo fuego, antes o después se termina apagando, que todo lo que tiene un principio, tiene un final, y que negarlo, es aferrarse a una idea que traerá mas problemas que beneficios, que existen momentos, que hay etapas, pero que intentar aplazar el final es cegarse ante la realidad. :)
02 febrero 2011
Ciudades
01 febrero 2011
Kaia
Kaia lloraba todas las noches desde que perdió su peluche, ese con el que siempre se metía en la cama, su fiel consejero y abrigo en las noches frías. Kozma, que así se llamaba, había estado a su lado desde que ella recordaba, siempre sonriendo y apoyándola en todas las pequeñas decisiones que Kaia había tenido que ir tomando a lo largo de su, de momento, corta vida. Obviamente Kozma no podía vivir eternamente, nadie puede. Pero esto, Kaia no lo sabía, hasta que lo supo. Comprendió entonces que la vida no era el cuento de hadas que siempre le habían contado, que no existía la plena felicidad ni la eterna tranquilidad, que cada uno debe cuidarse a si mismo antes de nada y que si bien no existe una "felicidad per sé", si existen momentos felices. Empezó entonces a darse cuenta de que aquellas personas que encuentran esos diminutos placeres y nimias costumbres que animan el alma, eran, por decirlo de alguna manera, mas felices que el resto. Tomó la decisión de regar sus pequeñas parcelas de felicidad a diario, de ser ella quien decidiera cómo quería levantarse y afrontar el día, de tener la fuerza y valor suficientes como para intentar controlar los malos momentos a base de pequeños chutes de risa, de subirse en una noria y girar girar y girar :)